Hola a tod@s:
¡Volveré!Esa es la sensación que
tengo después de que hayan pasado unos días del viaje que me dio la oportunidad
de visitar Zaña, la ciudad que vio morir a nuestro Patrón Santo Toribio. Porque
tengo esa sensación que tantas veces he oído en boca de algún visitante que
descubre Mayorga y a su gente. Y eso es lo que a mí me ha pasado con Zaña. Me
ha enganchado.
Porque al igual que aquel
visitante que se pierde en la mágica noche del 27 de septiembre al compás del
pasodoble “El Vitor” y no deja de tararear su música nunca, yo tampoco olvidare
los compases del lundero de Zaña. Dos pueblos unidos por la historia que además
me ha sorprendido que comparten una magia que no se adquiere, no se compra…se
tiene.
Porque lo vivido en Zaña durante
los días de mi visita con motivo del 450 aniversario de su fundación como
ciudad española, son de esas cosas que hacen que los pueblos se distingan y
sean únicos, especiales.
Décimas, bailes, danzas,
comparsa, serenata…un broche de oro a un aniversario en el que he tenido el
honor de participar. Un día central repleto de actos: la Misa, el Desfile de
Instituciones y Colegios, la Sesión Solemne a la que asistieron, entre otras
personalidades, el Consejero Cultural de la Embajada Española en Perú y Walter
Alba, reconocido Arqueólogo descubridor del yacimiento de las Tumbas de Señor
de Sipan y director del magnífico museo del mismo nombre en Lambayeque.
Gracias a todos aquellos que a lo
largo de esos días me hicieron sentir como en casa, como uno más. Gracias a la
Municipalidad de Zaña con su Alcalde Luis, regidores y empleados. Gracias a la
Parroquia Santo Toribio y a la Hermandad. Gracias al Instituto Mayorga. Gracias
a la Universidad Católica de Santo Toribio. Al Obispado de Chiclayo. A José
Antonio Benito y a los mayorganos Teófilo y Jesús. Todos, desde el primero al
último me hicieron disfrutar de cada uno de los actos programados en los que representé
al pueblo que vio nacer a nuestro Santo.
Y gracias también por los
nombramientos que como Alcalde de Mayorga he recibido por parte de la
Municipalidad de Zaña como Huésped y Visitante Ilustre; y por parte de la
Universidad Católica de Santo Toribio como Visitante Ilustre. No me queda más
que sentirme muy honrado y agradecido por tan distinguidos reconocimientos.
Una experiencia inolvidable y
además emocionante que me dio la oportunidad de visitar los lugares donde Santo
Toribio trabajó incansablemente y “sin reservar ni aún su camisa”. Además del
lugar donde murió, donde descansaron sus restos hasta que fueron trasladados a
Lima y donde descansan: la Catedral y el Palacio Arzobispal de Lima. Porque
emoción es lo que se siente al comprobar la tarea del santo y al poder
encontrarse con los restos de nuestro paisano.
“Ustedes lo hicieron y nosotros
lo gastamos”. Palabras de Monseñor Esteban Puig que resumen perfectamente la
vida de nuestro Santo. Un Santo que como en mis intervenciones en Perú señalaba,
continúa siendo el mejor embajador de nuestros pueblos más de cuatrocientos
años después de su muerte. Estoy convencido de que este viaje servirá para
estrechar los lazos que forjó Santo Toribio, y que sus dos pueblos podremos
trabajar conjuntamente en favor de la cultura, las tradiciones y los orígenes
de nuestros pueblos.
Un abrazo de vuestro Alcalde.
Alberto Magdaleno de la Viuda.
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