domingo, 13 de noviembre de 2016

PREGÓN FIESTAS 2016. ANTONIO PIEDRA. MAYORGA 23 DE SEPTIEMBRE DE 2016

Hola a tod@s:

Retomo la actividad en el blog, para aprovechar la oportunidad que me brinda este espacio de haceros llegar, de forma íntegra y una vez que lo he podido tener en mis manos, el pregón de las Fiestas Patronales en honor a Santo Toribio de la mano del profesor Don Antonio Piedra.



Un pregonero que, como era de esperar, no dejó indiferente a nadie en el día en el que se daba el pistoletazo de salida oficial de nuestras fiestas patronales.

Aprovecho el momento para agradecer públicamente a Don Antonio haber aceptado el encargo, y como no, por habernos hecho disfrutar de su maestría. Y no sólo en los minutos que ocupó su intervención.

Sin más, os dejo disfrutar con las palabras que Don Antonio nos dirigió el 23 de septiembre de 2016 en la Casa de Cultura:

"No dudé un solo instante, pero es que ni uno, en aceptar el encargo de Pregonero que me propuso hace tan sólo unos días el señor Alcalde de Mayorga, Alberto Magdaleno de la Viuda. Es más, le agradezco muy sinceramente esta invitación, porque desde hace muchos años –algunos de los aquí presentes lo recordarán pero otros, como nuestras maravillosas festeras Santo Toribio 2016 ni siquiera habían nacido– yo tengo una deuda personal muy importante con Mayorga. Y como sucedía en el película de Bienvenido míster Marshall, del inolvidable José Isbert, os debo a todos los mayorganos una explicación y ésta os la voy a dar hoy en la festividad de Santo Toribio con toda mi alma.

Sí señor. ¡Cuántas resonancias tienen para mí los apellidos de estas festeras: De la Viuda, Sixto, Quiñones, Garrido!  Y ello porque a estos apellidos tendría que añadir, con absoluto rigor y justicia, el de todos y cada uno de los alumnos del Instituto Jorge Guillén de Villalón que, procedentes de Mayorga –y durante los 18 años que permanecí en este centro desarrollando mis tareas de profesor con distintas responsabilidades directivas desde 1969 a 1987– poblaron las aulas con una singularidad imborrable: eran orgullosamente de Mayorga, tenían a gala vivir su abolengo con una gran dignidad, lo mayorgano constituía para ellos, no una exclusividad que es algo reductor y sirve para poco, pero sí  el alimento diario de sus gentilicios, todo lo traducían en mayorgano, y sobre todas las cosas, sobre todas ellas, tengo que agradecer y recordar su entusiasmo por el estudio, por la vida, por aprender, por competir en algo –ampliar conocimientos– que hoy ha dejado de ser un deporte olímpico. Aquel jolgorio de líneas de autocares de las ocho de la mañana hasta las ocho de tarde –esto quiere decir que prácticamente vivíamos en el Instituto–, de padres solícitos preguntando y exigiendo formación, y de profesores que llegaban como novedad de un afán más alto, tengo que reconocerlo aquí y ahora con gratitud.  Parece un viaje a la prehistoria sí, pero me llena de nostalgia porque jamás he vuelto a vivir algo semejante. No sé ellas y ellos, pero en mí ha quedado ahí como uno de esos regalos caído del cielo porque la Providencia sabe en cada momento lo que verdaderamente necesitamos.

Fueron varios cientos de jóvenes mayorganos los que pasaron por allí. En sus rodillas descansaba el porvenir de sus vidas, de esta Tierra de Campos, y de los propios dioses sempiternos. De ahí salieron los mejores labradores, los mejores abogados, los mejores médicos, los mejores periodistas, jueces, investigadores, grandes profesionales en diversos aspectos. Y también personas normales donde la vida tenía un sentido porque parecía verdad y la vivían de prisa porque tenían prisa por llegar a una meta. Por eso hablé antes de un deporte olímpico que hoy escasamente se practica. No puedo recordar ahora, y ya me gustaría, todos sus apellidos –el tiempo por otra parte es “un deporte velocísimo”, queridos amigos–, pero si alguno de aquellos muchachos y muchachas –hoy tan mayores como sus padres entonces– me dijera su nombre en estos momentos yo podría seguir, casi con toda seguridad, repitiendo sus apellidos como la retahíla de antaño al pasar la lista en clase, en el comedor o en salón de actos. No sé por qué, recuerdo en estos momentos algunos de esos apellidos que han quedado en mi memoria como una especie de reducto del que no puedo prescindir ni ser expulsado tan fácilmente. Sí, una especie de musiquilla que, a su vez, se convierte en el eco de todos los otros apellidos que no recuerdo y que me gustaría rememorar, repito: Maniega, Cela, Magdaleno, Moro, Juárez, Camarero, Bueno, Redondo, Calderón, Paramio, Riol. Y qué sé yo cuántos más.

Hay que reconocer que corrían malos tiempos por aquellos años, pero ellos y ellas los hicieron fecundos. Aunque el dictador gozaba, relativamente, de una malísima pero excelente salud, lo cierto era que los españoles empezaban a vivir unos tiempos turbulentos de cambio que desembocarían en la célebre Transición. Pero en estos tiempos, incluso el término Transición, quedan ya tan lejanos como olvidados que parece que me refiero otra vez a  prehistoria. Y ello a pesar de que en estos días –ayer mismo lo oí por última vez en televisión–sin saber muy bien de qué se trata –lo digo por lo inconcreto de las situaciones– se hable de una segunda Transición recordando a la primera. No soy político, y por tanto, estoy al margen de esta maniobra cosmética. Sí, cosmética y no otra cosa. En todo caso, se necesitaría aquella disposición de entonces llena de respeto, de tolerancia, de muchas cesiones por parte de unos y de otros, y de mucho sentido de la historia, para hacer algo tan elaborado como aquello, tan sensato, y casi tan perfecto, que  ahora mismo no parece obra de españoles.

Pero no se preocupen que no va por aquí el sentido de este Pregón. Nosotros, profesores y alumnos –y de aquí mi nostalgia– vivíamos en el Instituto Jorge Guillén no de espaldas a todo esto que era el signo de los tiempos y de la pre democracia –llegaron a considerarnos un semillero de subversión porque Santa Lucía, a veces, ciega a la gente en vez de iluminarla–, sino respetuosamente al margen porque, como ocurre en la mística y en las relaciones amorosas, íbamos a lo nuestro y a lo que realmente importaba: cómo llenar el vacío de una enseñanza media que necesitaba cambiar Tierra de Campos de arriba abajo. Modestamente, contribuimos a hacer realidad ese cambio en un trayecto de muy pocos kilómetros y que, fundamental y humanamente, se hacía a diario entre Mayorga y Villalón.

Entonces yo era un veinteañero temerario y el primer problema que tenía ante las narices como director fue cómo llenar un edificio tan grande con personas que, a la vez, creyeran en un proyecto concebido como una misión educativa permanente.  Lógicamente, esta fue la consecuencia de un esfuerzo común que, precisamente, me llegó a raudales desde Mayorga. Hasta el curso 1968-69 existía aquí en Mayorga un colegio-academia que regentaban con gran dignidad y eficacia dos mayorganas de pro: las hermanas Crespo, de Izagre, Isabel y Juliana. La una, cubría las asignaturas de letras, y la obra las de ciencias. Un buen día, a principios de agosto de 1969, me presenté en Mayorga para hablar con ellas en un terreno neutral que fue el Ayuntamiento. Yo vine a esa reunión lleno de temores y de esperanzas, porque de ellas dependía en gran parte, y no por mi cara bonita,  que se comenzara el primer curso del Instituto con una nómina decente de alumnos y profesores. Se trataba de una misión casi imposible. Y digo imposible porque era demasiado duro pedirles por las buenas a dos buenas mujeres que cerraran su colegio. Yo sentía ese peso en el garganta e hice un rodeo dialéctico: les pedí su colaboración para abrir el Instituto como profesoras encargas de cátedra por su gran experiencia. Esto les pareció tan oportuno que la reunión acabó en éxito. Y fue así, y no de otra forma, cómo Mayorga llegó a contar numérica y cualitativamente  tanto como Villalón en la vida que empezaba en el nuevo Instituto.

Durante años y años, fueron las hermanas Crespo –y tengo que decirlo aquí en Mayorga donde ellas ejercían su magisterio para que se reconozca de algún modo– un ejemplo de generosidad, de entrega y de amistad  que llega a fraguar entre extraños como una rara perfección que liga a los hombres cual don. Nunca en los años de convivencia se interpuso la más mínima disonancia. Fueron dos profesionales como la copa de un pino: ejemplares, rigurosas, humanas, y con un sentido de la responsabilidad de los de antes que vivían el trabajo como decía Cicerón: como algo que “nos curte contra el dolor”.  Tenían, además una gran virtud: que cuidaban de sus chicos, o sea de sus alumnos de Mayorga, con esa pasión discreta que se cuenta en el Quijote: “quiere que se sienta y no se diga”.

En esta tarea edificatoria y pedagógica hubo otra mayorgana providencial que fue María del Carmen Prieto Pelayo –Canchi–, esposa del veterinario Teófilo García, que todos recordarán aquí como un gran profesional. En esos inicios, Canchi era como la fuerza de una maternidad ambulante: ninguna cobardía y todo heroicidad por la causa. Para ella no había horas ni días ni segundos transitorios porque todo lo reducía a la esencialidad de las cosas eternas. En esta labor incluía a Teófilo como conductor de coches a tiempo completo y sin estipendio alguno. A cualquier hora del día saltaba con una orden inapelable: “Oye, Teófilo, que tenemos que ir a los Melgares. Oye, Teófilo, que ahora…”. Y el santo de Teófilo, sin decir ni pío, allá que nos conducía de cabeza. Ello era posible porque Canchi sentía la enseñanza como un credo, y porque estaba traspasada por la melancolía del tiempo: Dios o nada. Ahora que ya no está entre nosotros, puedo repetir aquí en su pueblo de verdad que fue Mayorga,  lo que decía a menudo en clase a sus alumnos de francés recordando a Francisco Villon: “Éramos dos y un sólo corazón”.

María Teresa Nieto del Moral, fue otro puntal mayorgano en la consolidación de la enseñanza media en esta parte concreta de Tierra de Campos. Nunca tuvo responsabilidades directivas en el Instituto, cierto, pero estuvo siempre en esa parte sabia de la vida que es la constancia, la fidelidad, el deber de las clases a rajatabla, y sobre todo en el sentido del humor. A su lado nunca existieron las penas ni los roces normales entre compañeros de claustro ni los cotilleos del corazón. Bebía exclusivamente agua, y de eso doy fe, pero teníamos en el Instituto un bedel, llamado  Claudiano que, como ex Guardia Civil, tenía una socarronería tumbativa que cambió el ritmo de la historia. Buscando compañerismos, un buen día abordó a María Teresa de esta manera curiosa: “Vd. que bebe, doña Teresa, ¿no podría echarme una mano?”. Lo cierto es que con agua o sin agua, sin esta mayorgana de adopción la convivencia en el Instituto y el rumbo de familia unida que proyectaba hubieran sido muy distintos. Otro tanto ocurrió con María Jesús de Hoyos, la Nena, cuya llegada, ya en la segunda etapa del Centro, causó un revuelo plenipotenciario: era atractiva, cariñosa, dulce, rubia, simpática y libre como una espuela del viento. Imagínense los desastres y la desestabilización del gallinero, ¿no es verdad Pepe Redondo?. Cierto, pero no menos cierto fue su magnífica y exquisita labor profesoral.

Pues bueno, queridos amigos, este pregonero tenía la necesidad imperiosa de contarles en mayorgano algunos de mis débitos con Mayorga. Acabo de hacerlo esquemáticamente y como en alfileres, pero dicho está por si a alguien le sirve de recordatorio o quisiera hacer algo contra el olvido, que es como la carcoma del tiempo y del ser.

El miércoles pasado, precisamente, en el acto de entrega de los Premios de Periodismo, que anualmente convoca la Diputación de Valladolid, el Presidente de la Institución, Jesús Julio Carnero aquí presente –institución considerada como la más transparente y dinámica de nuestras administraciones, lo que constituye un orgullo–, se hacía una pregunta clave al entregar a la mayorgana Marta Bermejo Maniega su merecido premio en torno a la tradición popular de las habaneras en plena Tierra de Campos: “¿Cuál será el origen auténtico” de esta adicción tan sana, artística y especial? Este pregonero, que ha vivido tan cerca la realidad mayorgana en su sentido más espiritual y auténtico hace tan sólo unos cuantos años, lo tiene más o menos claro. Desde hace siglos, en concreto desde 1579, cuando el mayorgano Toribio de Mogrovejo fue nombrado arzobispo de Lima, Mayorga está de pensamiento y de alma con un pie en España y otro en América. Esa nostalgia de mares y de vientos que van y vuelven forma parte esencial de su carácter y de su constitución ontológica. Es más, yo afirmaría que en este vaivén han moldeado su carácter tan especial y luchador.

Vamos a ver, mayorganas y mayorganos de origen –y perdonen que acuda a la deformación profesional que inevitablemente padezco–, empecemos por las palabras que son la esencia del pensamiento: ¿Qué significa la palabra Toribio que nunca hemos de confundir en español con el término “toribios” que, curiosamente, se aplica desde el siglo XVI para designar los zapatos de los vaqueros? Toribio es cosa muy distinta. Procede directamente del griego que significa hombre movido y ruidoso. O sea, lo que fue Santo Toribio de Mogrovejo, lo que  fueron mis alumnos de los sesenta y setenta que parecían esparavanes en movimiento y campanarios vivientes,  y la que es una sociedad dinámica como la mayorgana del siglo XXI. Todo lo demás se reduce a paralelismos ociosos. Ese movimiento ruidoso como dinamismo vital, que al fin de cuentas moldea la mentalidad e idiosincrasia de todo un pueblo, lo maman los mayorganos desde su más tierna lactancia, desde que por primera vez acuden al Vítor como un acto supremo de luminosidad que extrañamente –hay que vivirlo porque de lo contrario no se entiende– regenera sus propias entrañas, y desde que saben, siendo ya mayores,  que su Patrono –independientemente de las creencias o de las increencias– es un santo de movimientos telúricos.

No hay que darle demasiadas vueltas a las preguntas que indagan sobre las identidades que imprimen carácter. Es una cuestión de pedagogía profunda que cala en lo constitutivo del ser de un modo natural en un pueblo de tradiciones arraigadas como el de Mayorga. Saber que Santo Toribio recibió de una vez, de una asentada quiero decir, todas las órdenes del sacerdocio y del episcopado, más que una ambición olímpica parece una historia en movimiento y sonoridad irrepetibles. Imaginar que allí por donde pasaba el mayorgano la ciencia, las humanidades, los derechos humanos y la libertad crecían como el trigo de Mayorga que vio crecer de niño, no es un milagro sino una cuestión de rotundidad ejemplar que construye el bienestar de un pueblo basándose en dos mitades indivisibles: la una en el hombre sea quien sea como templo de la creación, y la otra mitad en gobernarlo no como quien amansa o conduce una atajo de ovejas, sino como quien distingue la finura de las almas. Y finalmente, comprobar desde Mayorga que tu Patrono, nacido en el reducto de una villa nobilísima pero al fin de cuentas como una parte mínima de Tierra de Campos, universaliza saberes, ejemplariza conductas y constituye una referencia a seguir –no sólo es patrono de Mayorga sino de naciones enteras, e incluso del escultismo juvenil o movimiento Scout de nuestros días–  conduce a un orgullo que difícilmente puede disimularse.

Es más, no hay porqué disimularlo ni siquiera en esta semana de fiestas patronales. La razón es bien clara, y se la sabía de memoria el propio Toribio de Mogrovejo, cuando recalcaba lo que decía Agustín de Hipona en La ciudad de Dios que “es tolerable que una vez al año se haga uno el loco”. Lo único que no se permitía Santo Toribio en las fiestas de entonces –no digo que lo prohibiera en Lima o en las ciudades que gobernaba– fueron las corridas de toros. Al parecer, cerraba las puertas y ventanas de su casa y rezaba por el pobre animal. Hoy, desde el Museo del Pan, junto a la casa del Santo y junto a la Iglesia donde fuera bautizado, se pueden ver los toros desde la barrera o no verlos porque la libertad no es un problema sino el límite de las cosas racionales. Este pregonero, que le gusta la jarana porque hay que alimentar el fuego sagrado del Vítor, concluye este pregón con el poema homenaje que Jorge Guillén tributó en 1979 a aquellos alumnos y profesores que en movimiento sonoro hicieron posible un sueño y un futuro:

Ante la estricta llanura

La mirada no se pierde.

Si no lo ve, crea el verde

Sembrando también cultura.

Algo que, por fin, perdura,

Alma a través de palabra,

Sus nuevos campos se labra.

Vibra un grupo fervoroso,

Incesante en un acoso:

Que hacia el porvenir se abra."


Un abrazo de vuestro Alcalde.

Alberto Magdaleno de la Viuda.

lunes, 22 de agosto de 2016

POR LA SUPERVIVENCIA DE LOS PUEBLOS. DE RAFAEL MONJE

Hola a tod@s:

Os dejo en este canal, una reflexión de Rafael Monje, en su columna "Déjame que te cuente" de la Edición de Fin de Semana de El Día de Valladolid, del 20 y 21 de agosto.



"Efectivamente, la vida en los pueblos, en los nuestros, no es un camino de rosas. Pero de ahí a menospreciar el medio rural va un verdadero abismo. Cierto es que los problemas no son pocos, que los servicios son cada vez más costosos y, a veces, escasos y hasta inexistentes. Y que la dispersión y el envejecimiento son características comunes. Lo sabemos. Aunque también veo a la gente más dispersa y perdida en las grandes urbes que en las pequeñas y a nuestros mayores más infelices e inseguros entre los habituales ruidos de las grandes avenidas.
¿Qué hacer? La agrupación solidaria de servicios es, sin duda, lo más coherente, aprovechando las aportaciones y lo mejor de cada núcleo poblacional en beneficio del conjunto de cada comarca o zona. Lo contrario nos conduciría, de manera indefectible, a la decepción y al absurdo.
Nuestros pueblos son ese cordón umbilical que no se debería cortar nunca. Sería como romper con nuestra propia esencia. "Un recuerdo feliz vale por toda una vida", decía Clarín, y así es. ¿Qué seríamos sin nuestros recuerdos más íntimos? Nada o, como poco, unos desmemoriados. Nuestros pueblos, por pequeños que sean, son la tierra a la que volver inexorablemente. Son la demostración evidente de que las relaciones humanas evocan más intensidad y profundidad en los pequeños espacios que en los grandes. Paradójicamente, aquí el tamaño no importa, porque realmente lo pequeño se convierte en esa necesaria levadura que engrandece lo minúsculo y donde hasta el tiempo parece extenderse sin las avilanteces urbanitas.
Envejecer es sinónimo de logro, de perdurabilidad. Nunca debería verse como una frustración. De ahí que la vida en los pueblos sea, sencillamente, eso, vida en medio del sosiego. Una seña de identidad que preservar frente a la imparable globalización y que mimar por encima de otras lógicas consideraciones. No se trata de caer en la sinrazón o en un delirio caprichoso por un mero efecto estacional, precisamente porque las debilidades son de sobra conocidas a lo largo de todo el año. Sin embargo, creo de justicia reivindicar del mismo modo esas otras fortalezas que nos aporta el extenso ámbito rural de Castilla y León, sinónimo también de convivencia, de respeto al medio ambiente y a las tradiciones y, por ende, ejemplo de la mejor transferencia de conocimiento.
Por todo ello, lejos de minusvalorar lo que tenemos como propio y, a pesar de sus muchas dificultades, conviene mostrar al menos ese legítimo orgullo de lo que nos identifica plenamente, sin ponernos de perfil y tratando de concitar las mejores soluciones e ideas para la supervivencia de nuestros pueblos, que es igual que velar por nuestra propia memoria colectiva.

Como dejó escrito el poeta argentino Juan Gelman, "no debiera arrancarse a la gente de su tierra o país, no a la fuerza. La gente queda dolorida, la tierra queda dolorida. Nacemos y nos cortan el cordón umbilical. Nos destierran y nadie nos corta la memoria, la lengua, los colores. Tenemos que aprender a vivir como el clavel del aire, propiamente del aire". Toda una lección a la que apelar cuando escuchemos las numerosas tentaciones que ponen en peligro el día de mañana de nuestros pueblos, porque defender lo pequeño nos hace grandes, no al revés."
También podéis encontrarlo en el siguiente enlace.
Un texto para reflexionar sobre nuestros pueblos y el medio rural y lo importante que es garantizar su supervivencia en el futuro.
Un abrazo de vuestro Alcalde.
Alberto Magdaleno de la Viuda.

martes, 9 de agosto de 2016

XIV MARATÓN DE FÚTBOL SALA VILLA DE MAYORGA


Hola a tod@s:

A pesar de la época estival en la que nos encontramos, retomo el blog para seguir informando sobre la actualidad del municipio en primera persona.
Este fin de semana ha tenido lugar en Mayorga uno de los eventos deportivos del año en Tierra de Campos. Me refiero a nuestro maratón de fútbol sala que un año más, y ya son catorce, se ha celebrado el pasado fin de semana.

Es cierto que este tipo de competiciones, no vienen atravesando por sus mejores momentos, y que nos enfrentamos a una escasez de equipos derivada de muchas circunstancias que ya analizaremos para futuras ediciones. Pero afortunadamente y gracias al esfuerzo y compromiso de muchos (a quienes se lo agradezco públicamente) conseguimos sacar el maratón adelante con once equipos participantes.
A quienes vimos nacer esta competición deportiva, nos costaba creer que después de trece años el Maratón de Fútbol Sala Villa de Mayorga llegase a su fin. Y por eso, y a pesar de las dificultades en las que se encuentran este tipo de eventos en los últimos años, resistimos con un importante esfuerzo organizativo y económico del Ayuntamiento, que ha duplicado los premios, y nos mantenemos en el calendario los como una cita tener en cuenta.

Mi agradecimiento, a toda esa gente que con su contribución hace posible esta competición y como no, a los jugadores y equipos que cada año deciden compartir estos días con nosotros. A MGS y Javier Paniagua por ayudarnos a hacer un poco más grande el maratón con más y mejores premios como el del campeón local. Y como no a todo el público, que con su asistencia llenan en cada partido del sábado y del domingo nuestras gradas.




Este año, en su primera edición la final local la disputaron los equipos MGS Mayorga y Porrotinahikos.

MOMENTOS PREVIOS A LA FINAL

FINALISTAS


La final, fue disputada por el equipo Embrujo de León y Café Bar Trébol que defendía título y que nos regalaron una disputadísima final que cayó del lado del equipo leonés con resultado de 1-4.

EMBRUJO. EQUIPO CAMPEÓN

CAFÉ BAR TRÉBOL. EQUIPO SUBCAMPEÓN

Mi enhorabuena a los equipos participantes por un fin de semana de deporte y de fútbol sala. Felicitaciones al campeón y al resto de premiados.

El año que viene, esperemos poder volver a contar con esta cita del Verano de Mayorga. Entre todos seguro que podermos hacerlo posible. Aprovecho estas líneas para volver a agradecer públicamente a aquellas personas que de una u otra manera contribuyen al desarrollo del maratón y también para pedir disculpas por los posibles errores en la organización. Ya estamos trabajando por mejorar y por el desarrollo del XV Maratón de Futbol Sala Villa de Mayorga.

Un saludo de vuestro Alcalde.

Alberto Magdaleno de la Viuda.

jueves, 2 de junio de 2016

50.000

Hola a tod@s:

Hoy es un día de celebración para CREEMOS EN MAYORGA. Este blog, más de 5 años después de la primera entrada, ha superado a las 50.000 visitas. Después de todos estos años éste es un post especial, que escribo para agradeceros vuestro interés por este espacio en este tiempo en el que hemos compartido todo tipo de temas, fundamentalmente de actualidad local.


Un espacio que hace cinco años me animé a desarrollar para estar en contacto con vosotros, “un espacio abierto a las opiniones y las propuestas de aquellos que creemos en Tierra de Campos, en Mayorga y en sus gentes. Un espacio de reflexión tranquilo, donde podamos informar sobre las ideas y los proyectos para el futuro de Mayorga” escribía aquel 21 de febrero de 2011.

Por eso, os quiero animar a utilizar este canal como una forma de contacto permanente entre nosotros, aunque las obligaciones de los cargos actuales no me permitan mantener la frecuencia deseable en las entradas. Procuraré que sean semanales. De no ser así, a buen seguro que sabréis perdonarme. Trataré de no dejar tema de actualizar sin analizar ni comentar, especialmente si afecta a nuestro pueblo.

Me gustaría terminar dando las gracias a quienes a lo largo de este tiempo os habeís pasado por este blog y habéis dedicado un momento de vuestro tiempo a leerme, a comentar y en definitiva a participar de este proyecto.

Continuamos!! Espero poder contar con vosotros para poder hacer frente a los retos que nos esperan. Por el futuro de Mayorga entre todos.

Un abrazo de vuestro Alcalde.

Alberto Magdaleno de la Viuda.

miércoles, 1 de junio de 2016

CUMPLIMOS. SANTA MARÍA DEL MERCADO: LA ANSIADA RESTAURACIÓN HECHA REALIDAD


Casi seis siglos. Más de 500 años de ladrillos mudéjares en los vetustos muros de este edificio de final del siglo XV son suficiente motivo para alegrarse de la ya iniciada restauración de nuestra Iglesia de Santa María del Mercado.

Para mí, no sólo como Alcalde de Mayorga, sino como vecino y como arquitecto es un motivo de satisfacción poder ver iniciadas unas obras por las que llevamos esperando más de cinco años. Cinco años de llamadas a muchas puertas. Cinco años de muchas horas de reuniones para buscar la solución a la conservación de uno de los hitos arquitectónicos más importantes de nuestro municipio. E importante no solo por ser uno de los mejores exponentes del mudéjar de la zona, o de torre escalonada; sino porque además fue parroquia principal de nuestro pueblo hasta los años 60, lugar donde muchos mayorganos fueron bautizados, confirmados… con la componente histórica, etnográfica y emocional que esto supone.


La idea para el futuro de este edificio, es que pueda convertirse en el Centro de Arte, Cultura y Tradición de Tierra de Campos. Los visitantes podrán visitar espacios que sirvan como centro de interpretación de El Vítor y de la vida de nuestro hijo más ilustre Santo Toribio, y además el espacio podrá utilizarse como espacio para exposiciones temporales, espectáculo o certámenes relacionados con el arte y la cultura.


Resulta difícil de entender a quienes a lo largo de estos años nos han criticado por el descuido de este inmueble, por los anuncios de las ayudas o los acuerdos a los que se llegaba con diferentes administraciones y que nunca confiaron en que se fuesen a hacer realidad.  Y ahora, estos mismos se suman a la corriente (una vez se han iniciados las obras y ya son una realidad evidente) que critica que es un gasto innecesario o que podría invertirse en otros proyectos.

Pero no por eso voy a dejar de estar muy satisfecho. Cumplimos una vez más con uno de los compromisos que adquirimos con vosotros. Y es por ello por lo que no puedo dejar de estar orgulloso y contento. Es una gran satisfacción haberlo logrado y que además, antes de que acabe el año, podamos volver a admirar la grandeza de uno de los edificios arquitectónicos más importantes de nuestro patrimonio, que además es propiedad del Ayuntamiento y por tanto, de todos los mayorganos.


Mi agradecimiento a todos vosotros por la paciencia y la comprensión en estos tiempos de dificultades en la consecución de este logro y por las muestras de apoyo al proyecto que en un futuro no muy lejano, será otro de los importantes recursos que podremos ofrecer a la zona y al mundo para poner en valor Mayorga y Tierra de Campos.

Un abrazo de vuestro Alcalde.

Alberto Magdaleno de la Viuda.

domingo, 14 de febrero de 2016

BASTA YA!!


Hola a tod@s:

Hace unos meses, en este espacio, ya hablaba de este tema que desgraciadamente ocupa muchas horas de nuestra actualidad informativa: la corrupción.

En los últimos días, y en las últimas semanas, han salido a la luz nuevos casos de corrupción política, que afectan de forma directa y concreta al partido político al que represento, por el que trabajo y en el que creo. Y todo, más allá de la actuación vergonzante, indecente, deshonesta de alguno de los que hasta ahora podría considerar compañeros de partido.

Lo digo, como lo dije entonces, desde la responsabilidad y el orgullo que supone ser Alcalde, Diputado y militante desde hace 15 años en el PP, convencido además de que esta situación puede solucionarse como bien decía uno de los dirigentes del partido “haciendo una purga” y “caiga quien caiga”. Porque sigo pensando que el proyecto y los ideales que defiende el Partido Popular es lo que necesita España y porque detrás de las siglas del Partido Popular hay una base suficiente que nada tiene que ver con los quienes hoy nos avergüenzan.

Para aquellos que corrompen la política, mi condena, mi repulsa y todo mi rechazo por sinvergüenzas. A mi partido, contundencia con los corruptos. Tolerancia cero. No miremos hacia otro lado y seamos capaces de apartar a quienes ensucian el nombre de nuestro partido para aprovecharse. Porque claro que podemos cometer errores en la gestión, podemos equivocarnos en la toma de decisiones, pero nunca utilizar ni la política ni los partidos políticos para cometer fechorías.

Respecto a esta gentuza corrupta, BASTA YA! Hay que apartarles de los partidos y de la vida pública. Deben pagar en la cárcel por lo que han hecho y ayudar a restaurar todo el daño que le están causando a España y a los españoles.

Y en lo que respecta a mi partido, se hace necesaria una profunda renovación con dos objetivos fundamentales: el primero de ellos que esto no vuelva a repetirse y el segundo recuperar la confianza de los españoles.

Un abrazo de vuestro Alcalde.


Alberto Magdaleno de la Viuda.

domingo, 31 de enero de 2016

HOLA DE NUEVO

Hola a tod@s:

En primer lugar y antes de nada, os debo una disculpa. No es habitual que no haya subido ninguna entrada en todo este tiempo al blog, que como bien sabéis es un espacio que siempre he atendido periódicamente y es una forma de mantenernos conectados por un canal más. 

Como entenderéis, después de las Elecciones Municipales hemos pasado por un periodo de adaptación a las nuevas responsabilidades tanto de los nuevos miembros del Equipo de Gobierno en Mayorga, como propias en la Diputación Provincial de Valladolid, que adquirimos siempre pensando en el bien de Mayorga y en el de Tierra de Campos y ha supuesto un esfuerzo añadido que me ha hecho desatender circunstancialmente este blog.

Y todo ello, sin dejar de lado en ningún momento ninguna de las responsabilidades del día a día en el propio Ayuntamiento. Hemos puesto en marcha los primeros proyectos del mandato, está aprobado el presupuesto para el 2016 y estamos ejecutando un calendario con el que poco a poco daremos cumplimiento a todos nuestros compromisos con vosotros. Y todo ello con verano, fiestas, Feria del Pan, Intur y Navidad de por medio y teniendo en cuenta que en diciembre hemos vivido un nuevo proceso electoral.

Pero ya estoy aquí de nuevo, retomando este espacio que como siempre digo, espero que lo sea de opinión y reflexión sobre temas de Mayorga y de actualidad. Espero que lo hagáis vuestro y lo utilicéis como una herramienta más de información y participación. Un canal más de contacto conmigo para que podamos seguir trabajando por Mayorga, entre todos.

Un abrazo de vuestro Alcalde.

Alberto Magdaleno de la Viuda.